Es sufrida la historia de los hinchas. Dan por el equipo de sus amores todo. No transan. Se ciegan y lo acompañan a todas partes. Normalmente viven con mucho sacrificio. Pasan hambre, frío y penurias inimaginables. Y ahí siempre están. Nunca fallan, nunca renuncian. Tienen grabada a fuego la palabra lealtad y por ello sufren.
Coquimbo Unido tiene sus seguidores que pese a las adversidades de un año nefasto en lo futbolístico, nunca han dejado de alentarlos y seguirlos por cada rincón del país.
Ayer, un par de horas antes de iniciarse el partido con Melipilla, que los “potros” ganaron con jerarquía por 4-0, un grupo de fanáticos porteños se dirigía hacia la Región Metropolitana y en el vehículo que se trasladaban quedaron “tirados” a la altura de Los Vilos. Tras ver que las horas avanzaban, siguieron su derrotero a dedo hasta llegar a destino. El partido había comenzado y recién salían de Santiago a Melipilla. El cotejo expiraba y tras horas de caminata llegaron hasta el Roberto Bravo para presenciar la parte final de un compromiso que estaba escrito en cancha y que mostraba en un añoso letrero, que Melipilla le había hecho cuatro a Coquimbo Unido, dejándolo a las puertas de perder la categoría, lo que podría suceder este miércoles si se da una combinación de resultados.
Poco importaban los números. Un grupo de fanáticos desató su ira insultando al cuerpo técnico y a los dirigentes. Querían desahogarse, buscaban a un responsable de la campaña “pirata” y entendieron que nada se podía hacer. La vuelta al puerto de Coquimbo fue lacónica y sin respuesta, como le ocurrió al equipo en la cancha del Roberto Bravo.
Melipilla no se dejó estar. Jugó con la desesperación del equipo aurinegro y lo golpeó de entrada gracias a una endeble defensa que nunca logró afianzarse en el terreno de juego.
Diego De Gregorio, a los 14 minutos comenzó a inclinar la balanza en favor del local y la lucha se desniveló definitivamente a los 23’ por intermedio de un zapatazo de Alejandro Carrasco, quien aprovechó una habilitación de Héctor Pericás.
Ambos golpes terminaron por destruir la estrategia de Andrija Percic. La velocidad de Juan Manuel Lucero, complicó a la zaga local, pero esos arrestos individuales no permitieron aproximaciones de real peligro sobre el arco de Franco Cabrera.
Por el contrario, el trámite del partido era administrado por los volantes locales que en Pericás y el propio Carrasco, encontraban a los conductores que permanentemente alimentaban a sus hombres de ofensiva.
De Gregorio, que fue quien inauguró las cifras, malogró al menos otras dos ocasiones como para estirar los números en la primera fracción.
Esa diferencia que no logró ampliarse en la primera fracción, se terminó de escribir en el complemento cuando Carrasco, con un zurdazo cruzado estableció el tercero a los 67 minutos.
A esas alturas, la gente de Coquimbo Unido deambulaba en el campo del Roberto Bravo. Estaban choqueados y temblorosos, asumiendo que las siguientes noches serán de insomnio.
Melipilla se aprovechó del momento aurinegro y asestó el cuarto tres minutos después por intermedio del recién ingresado, Jorge Lagunas, que enfrentó sin marca alguna al meta Daniel Ferreyra.
En los minutos finales el local sacó el pie del acelerador. Coquimbo Unido no logró despertar ni luchar por un descuento, esperando un desenlace que se viene a pasos agigantados.
Tras este revés, los “piratas” siguen a 5 unidades de Puerto Montt que el miércoles recibe a Melipilla, mientras que el cuadro de Percic será anfitrión de Ñublense.
Si ganan los salmoneros y los “piratas”, empatan o pierden con los chillanejos, estarán descendidos, ya que quedarían a siete u ocho unidades, restándoles a los aurinegros, solamente seis por disputar, ya que en la fecha 19, quedan libres.
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